Para ti y para mí, que formamos parte del ecosistema automotriz, no es novedad, saber que gran parte de la trayectoria de los vehículos y sus componentes viene precedida de innovación y vanguardia, lo que significa que también nosotros como profesionales del aseguramiento de la calidad debemos estar preparados para enfrentar con efectividad cada uno de los retos que va presentando la industria. Hoy abordaremos uno de estos desafíos importantes: la gestión de las interferencias electromagnéticas.
Adentrémonos en materia, la gestión de las interferencias electromagnéticas (EMI, por sus siglas en inglés) en un vehículo se refiere al proceso de controlar y mitigar los efectos de las interferencias electromagnéticas que pueden afectar el funcionamiento de los sistemas electrónicos y eléctricos del vehículo.
La gestión de EMI no está limitada exclusivamente a los vehículos eléctricos, sino que también es relevante para los vehículos de combustión interna y otros tipos de vehículos.
En cualquier vehículo moderno, ya sea eléctrico, híbrido o de combustión interna, se utilizan una variedad de sistemas electrónicos y eléctricos para controlar y monitorear diversas funciones, como el sistema de entretenimiento, el sistema de navegación, los sistemas de seguridad, el control del motor, entre otros. Estos sistemas generan y son susceptibles a interferencias electromagnéticas que pueden provenir tanto de fuentes internas como externas al vehículo.
Las fuentes internas de interferencias electromagnéticas en un vehículo pueden incluir componentes electrónicos como el motor de arranque, el sistema de encendido, los sistemas de inyección de combustible, los sistemas de control del motor, los sistemas de iluminación y otros dispositivos eléctricos presentes en el vehículo.
Por otro lado, las fuentes externas de interferencias electromagnéticas pueden incluir radios, antenas de telefonía móvil, sistemas de comunicación inalámbrica, líneas eléctricas de alta tensión y otros dispositivos electromagnéticos presentes en el entorno cercano al vehículo.
Por ello, es de máxima importancia gestionar eficazmente las interferencias electromagnéticas en un vehículo, para lograrlo se utilizan una serie de técnicas y medidas, que pueden incluir: